jueves, 9 de septiembre de 2010

Vecinos


Es divertido ver lo que hacen los demás, uffff. muchísimo más que ver lo que uno hace, total, eso lo ven los demás y listo, así completamos el ciclo.

Tengo unos "vecinos", entre comillas vecinos pues realmente no se quiénes son, lo que si se es que son un montón de gente que viene y se queda allí ocasionalmente, imagino que son una familia con amigos y amigos de los amigos, no se si siempre los mismos o cambian de grupo pero en fin... el caso es que todos, venga quien venga, se dedican a rodar los muebles o las sillas o tienen unos tubos o cabillas atravesadas y las cambian de lugar, de día, de noche, a toda hora y constántemente. Hoy me preguntaba, cuántos muebles puede haber en una casa para tener algo que rodar todo el día y la noche.... No es que me moleste realmente porque a la hora de dormir, yo no me detengo en nimiedades y no me hace falta el silencio, pero me causa curiosidad porque miro a mi alrededor y comparo mi casa y mi flojera para mover un mueble y no lo puedo entender.

Lástima que perdí la oportunidad.... un día hace ya bastante tiempo uno de los que habita o habitaba ocasionalmente el lugar se quedó encerrado y gritaba ¡Vecino! ¡Vecino! hasta que lo escucharon en mi casa y fueron a ayudarlo a abrir la puerta de la casa. Ahora entiendo!!!! Debe haber dejado uno de los muebles que ruedan atravesado en la puerta y no podía abrirla!!! Sería eso? Yo no estaba, lástima porque me perdí el show.

Uffff y lástima que me lo perdí, me hubiera gustado ver si tenía puesto el mismo traje de baño blanco que se ponía siempre y ya estaba casi transparente por exceso de uso, o quizás lo usaba también para rodar los muebles... No importa, se le perdonaba porque estaba buenote, aunque tomaba el sol como estrella de televisión que cobra por su bronceado y me imagino que el traje de baño blanco no se lo quitaba porque no conseguía otro del mismo color que le resaltara el colorcito. Sea lo que fuera, se hizo notar, todo el que me conocía y venía a mi casa y a la piscina sabía quién era el hombre, solo con ubicar el traje de baño, llegó un momento en que solo estábamos pendientes de si tenía puesto el mismo.
Por cierto, voy a asomarme en estos días para ver si aun está por allí y si el traje de baño aprendió a nadar o se ahogó.

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