viernes, 21 de mayo de 2010

Vista al mar



Muchos, pero muchos tienen vista al mar pero no al que a mi me gusta, el sereno, el que me da paz, el que me hace soñar y el que me tranquiliza cuando no puedo más.

La vista de la mayoría es al marrrrrrd--- to barrio, al marrco del apartamente de'enfrente, al martirio de la señora que se asoma por la ventana solo para ver qué hacen, al maremoto de carros que pasan por la calle tocando sus cornetas por la cola.

Mi mar, ese mar que yo veo a cada rato, no lo tengo sin sacrificar horas de sueño o almuerzos tranquilos en la casa, no lo tengo sin tener que apurar a los niños para hacer las tareas en otra casa para que puedan ir a su fútbol. No lo tengo sino de a raticos, porque los fines de semana también me alejan de él las múltiples actividades que tienen los niños en otra ciudad que aunque cercana en kilómetros la estupidez humana hace que quede a 45 minutos sin cola y a sabrá Dios cuántos en hora pico.

Pero es ese mar el que me atrapa y no me deja soltarlo.

Si pudiera tenerlo todo, la comodidad, la tranquilidad y la hermosura del mar....

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