lunes, 31 de enero de 2011

Viaje a Amazonas...

Viendo fotos en la web me transporté a mis viajes por Venezuela y quise compartir algunos...
Desde que tengo recuerdos siempre quise recorrer hasta el más mínimo rincón de mi país. En cuanto tuve carro quise meterme en cada calle, por cada vía desconocida, no quería que se me pasara nada... y por supuesto que se me pasaron muchísimas!!!! pero cada vez que podía agarraba el carro y daba vueltas y vueltas. Mi mayor placer era manejar y conocer.
Recuerdo en especial el empeño que tenía en conocer La Gran Sabana, le repetía a diario a un amigo que siempre iba que nos llevara, a una amiga en común y a mí cuando volviera.... Y, ese mismo año como por arte de magia, llegó el viaje... pero no para La Gran Sabana, ese año quería conocer Amazonas y llegar hasta donde llegara la carretera.
Y sin más preámbulos cuadramos el viaje para los primeros días de enero, si mal no recuerdo.
Nos encontramos con unos amigos suyos de Puerto Ordaz en donde se toma la Chalana para cruzar y arrancamos. Hasta allí ya conocía el viaje. Desde allí en adelante todo fue nuevo y espectacular.
Hasta los mosquitos a montones que encontramos y el gran calor en los sitios más lejanos los disfrutamos con la ayuda de una buena dosis de paradas en las estaciones Polar.
Éramos tres pavos, junto con una familia completa que llevaba entre ellos 3 niños, tan adaptados a los viajes en carretera y las carpas como cualquier experto scout.
Llevamos una bitácora completa, estaciones de gasolina del camino, cantidad de litros necesitados, kilómetros recorridos, pueblo tras pueblo. El cuadernito imagino que se habrá perdido o botado, no lo guardaba yo, así que quizás pueda haber sobrevivido, el caso es que vivíamos el paseo a plenitud. Recuerdo haber olvidado el traje de baño... pero eso no fue impedimento para bañarme en los ríos helados y en el tobogán de la selva.
Solo recuerdo el nombre del último pueblito que el mapa nos ayudó a encontrar... Samariapo o Samaripapo, tampoco lo recuerdo bien.
Lo más impresionante, un punto del recorrido más lejano, un pueblo como fantasma, con mucha arena a la orilla de un río sin posibilidades de cruzar, con centenares de huellas de personas, como si hubieran corrido en estampida para no volver. No se veía a nadie por ningún lado. Imposible determinar dónde estaba tanta gente...
Recorrimos palmo a palmo todo lo que pudimos. Después de levantar campamento en dos lugares, pernoctamos durante varios días en uno solo del cual salíamos en la mañana para volver a refugiarnos al atardecer, cerca de un río por aquello de bañarse y no alejar a los demás...
Las fotos del viaje las tiene todas mi amigo, un aficionado a la fotografía y al video, por lo que espero algún día tener algunas aquí. Comparto una de las que ha puesto en facebook.
Si tienen la oportunidad, viajen, viajen mucho por Venezuela, lamentáblemente conocer nuestro país es hermoso pero no sirve para todos los gustos, solo para quienes disfrutamos aunque nos tengamos que llenar de tierra, nos piquen los mosquitos, tengamos que bañarnos en ríos y dormir en chinchorros o en carpas con colchones inflables en el mejor de los casos... claro, ahora hay carpas de techo pero creo que sigo prefiriendo un buen chinchorrito a montarme por la escalerita y despertarme a media noche a punto de caer del techo...

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